viernes, 27 de mayo de 2016

Evidencia







                                              



  La noche se llena de sueños que se disipan negando la evidencia de lo que pudo ser, sin embargo, oigo un susurro y es mi alma que se estremece como aquel océano castigado por la inquietud que se apila en aquel horizonte carente de ofrendas…
  Fueron tantas las emociones que ya no lloro sino que hundo mi rostro perplejo allá donde las palabras guardan silencio. Más respiro sintiendo cómo desertan los recuerdos, mientras el dolor se condensa en un estallido mordaz e intenso y es entonces cuando la razón me habla, pero no la escucho sino que me afano en perfilar estatuas mortecinas en un amanecer inflexible y extraño como el otoño que carda mis ojos...

© Propiedad Intelectual. Charlotte Bennet.


          I Llámalo pasión. Llámalo deseo… Pero en mi ya no nace Dibujar   un sol embriagador Allá donde sólo hay nubes negras. ...